martes, 8 de mayo de 2012

El hermano que nunca tuve

Hoy decidí ser el hermano que nunca tuve y siempre quise, creo que de cierta forma ya empecé, esa tarde cuando le enseñe a mi hermanito a montar bicicleta sin rueditas, tirándolo por la colina de mi casa, se jondió tres veces y a la cuarta se calló y lección aprendida (agarra el guía fuerte, mira pa' lante y tírate sin miedo) jejeje... y ahora que estoy lejos del hogar de mis padres pienso en todas las cosas que quiero seguir compartiéndole; enseñarle la libertad de las tablas y las ruedas, que sienta la conección con la naturaleza e improvisar por horas y horas. Por un tiempo estuve cegado y lo veía como una personita molesta, pero abrí los ojos y me di cuenta de la oportunidad que me estaba regalando la vida, de ser ese hermano, que quizás el también piensa y desea, porque somos iguales, tenemos las mismas manías y los mismo gustos, tal vez por eso me irritaba tanto al principio, porque veía mis propios defectos en el. La verdad es que amé jugar con el, dejar que entre a mi cama por las noches cuando tenía pesadillas y quedarnos hablando antes de dormir; me tomó tiempo aprender a hacer todo eso y por eso solo pienso en volver para compartir todas esas experiencias con el. Es una de las razones mas fuertes por las cuales quiero volver a mi lugar de origen.


Dimablo Arias / dimasarias.blogspot.com




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